Ilustración: IG: Luvia Velandia
Cada 31 de marzo se celebra en el mundo el “Día Internacional de la Visibilidad Trans” (Travestis, Transgéneros, Transexuales), que nace con el propósito de remarcar el valor de vida de manera abierta, sin ningún tipo de prejuicio, además sin dejar de reconocer la fuerte lucha que han conllevado compañerxs trans, que han sido pionerxs en la lucha por la igualdad.
Esta iniciativa de celebrar este día, nació en el año 2009 de la mano de la activista transexual estadounidense Rachel Crandall a través de las redes sociales, y en estos últimos años se convirtió en una fecha de reivindicación de los derechos y la igualdad de las personas trans en el mundo.
Una persona trans es una persona que tiene o expresa su identidad de género de forma distinta a la que se le asignó al nacer. Una persona trans puede elegir expresar su identidad de género de formas distintas.
Cabe señalar que las personas trans se enfrentan a la discriminación por razón de su identidad de género, y no necesariamente por su orientación sexual. Las personas trans sufren la discriminación, a menudo a mucho mayor escala que lesbianas, gays y bisexuales, especialmente en el ámbito laboral, a modo de ejemplo,
- El 31% de la muestra contestaba que sufrió experiencias laborales vinculadas con acoso y discriminación por su orientación sexual y/o identidad de género. Al respecto, se encuentra que las personas trans (67%) expresan sufrir o haber sufrido mayor acoso que las personas queer (53%), mujeres (31%) y varones (24%).
- La población trans la que manifiesta mayores niveles al respecto con un 83% en masculinidades trans y un 71% en feminidades trans, seguido por bisexuales en un 55% y, finalmente, lesbianas y gays hacen referencia a esta situación en el 48% y 49% de los casos respectivamente.
- De tal forma se encuentra que el 71% de mujeres trans ha percibido un trato desigual en cuanto a beneficios, desarrollo de carrera y salario, en tanto el 32% de las lesbianas asegura haber vivido esta situación y el 20% de gays
Esta información es rescatada de la investigación realizada por el equipo de Nodos en 2019 “Ser LGBT en el trabajo, experiencias de discriminación y acoso laboral en Argentina” las personas trans que se muestran abiertas con respecto a su identidad de género en el lugar de trabajo tienen más probabilidades de sufrir el acoso de compañeros y tener que cambiar de trabajo.
En este día compartimos dos visiones que se encuentran en la visibilización de la población Trans. Las voces de una docente, de un colegio y otra de el coordinador de un emprendimiento que busca incluir al ámbito laboral a esta población.
Del Yo puedo al valor social.
Por: Maryanne Lettieri
IG: Maryannelett Tw: maryannelett
Docente de Bachillerato Mocha Celis // Capacitadora por la inclusión y diversidad //Colaboradora de Nodos
El año 2009, se sanciona la “ley de identidad de género” en Argentina, y aun así, 2020 y las personas trans estamos invisibilizadas en la sociedad. Por falta de oportunidades al acceso laboral, a la educación, a la vivienda e incluso al amor. Porque fue la misma sociedad que nos enseñó que estas 3 cosas, entre otras, no nos pertenecían.
La invisibilidad es tan grande, que la expectativa de vida de una persona trans es de 35-40 años. Una gran porción es excluida de su propio núcleo familiar, tirada a la deriva a una sociedad que eligió no estar preparada para recibirnos.
Desde temprana edad, cuando deberíamos estar jugando a las escondidas o dibujando sueños, empezamos a ver como se nos cierran las puertas, e incluso ventanas.
Pero hubo una ventana que se abrió en 2011, el Bachillerato Trans Mocha Celis lugar donde me permitió ejercer mi rol de docente y Coordinadora. Básicamente, me visibilizó.
El objetivo principal del Bachillerato es darles oportunidad a muchas personas trans/travestis a acceder a la educación, a conocer sus derechos y principalmente a tener contención emocional.
Al espacio concurren aproximadamente 120 estudiantes, de lxs cuales más del 60% son personas trans. El trabajo que realizamos abarca desde la educación hasta la asistencia social e inserción laboral, 3 grandes fallas que aún tiene el Estado y la sociedad para con nosotrxs.
Para sentir un poco más de cerca nuestra realidad, te invito a hacer un recorrido por los 3 años de cursada, para que puedas ver los daños de la invisibilidad social,
En un primer año retumban muchas frases como “no sé qué hago acá” “esto no es para mí “vine con miedo” “de que me sirve estudiar” “no sé si podré con este ritmo”.
Las palabras cambian un poquito al asomarte al 2do año: “no pensé que me iba a ir bien” “quiero seguir estudiando” “no sabía que tenía derechos”. Y la mayor satisfacción aparece en el tercer año: “quiero ser abogada”, “quiero ir a la facultad”, “pude denunciar un episodio de discriminación” “conseguí un empleo”.
En todo el proceso las personas no solo reciben educación, sino amor, cariño y contención. Característica que nos llevó a ganar el apodo “la escuela de la ternura”.
Los “NO” pasan a ser “quiero” y “los no puedo” se transforman en “poder”, la clave para que esto suceda y para poder incluir a las personas trans que estamos por fuera de la sociedad (ni siquiera estamos al margen) es visibilizar sin importar el rol que ocupes en la sociedad.
La invisibilidad muchas veces es producto de los prejuicios, de la falta de información o del miedo a lo no conocido. Por ello, infórmate, conoce, no presupongas y si no sabes cómo hacer, pregunta. Las personas trans somos parte de la sociedad y nos convierte en un engranaje más, y como todo mecanismo si algo no funciona empieza a fallar todo el sistema.
El día que te asista una enfermera trans, en un quiosco quien te atienda sea un varón trans, e incluso la gerenta de tu empresa sea una mujer transgénero, ese día sabremos que el engranaje está funcionando correctamente
Si querés saber más de lo que Maryanne acompaña como docente y capacitadora, podés seguirla en sus redes.
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Del valor social al que transforma oportunidades.
Por Daniel Coletti – Ceo & Director en Trans-TI y XTech
El día de la visibilidad trans es siempre una buena excusa para detener la vorágine cotidiana y reflexionar un poco más.
Hace varios meses, en una entrevista radial con Lalo Mir, me hizo una última pregunta: ¿Y por qué hacen esto?, refiriéndose a Trans-TI, claro, yo le respondí con un rápido “yo que sé Lalo” y me arrepentí de esa respuesta. Supongo que estaba pensando en que los segundos de radio son preciosos o no sé, porque sí sé por qué hacemos esto. Sé el porqué de dar trabajo solamente a personas trans, el porqué de buscar incansablemente modelos de negocio y servicios nuevos que nos permitan abrir más y más puestos.
Más allá de lo vulnerado del colectivo, sus horribles estadísticas y consecuencias hay un deseo utópico detrás, y es el de que nos copien.
Nosotros somos conscientes de nuestros privilegios y los usamos para equilibrar -aunque más no sea un poco- las injusticias sociales impuestas por una cultura heteronormativa y patriarcal, que no hace más que presionarnos a todes. Las consecuencias de esa presión están a la vista y son nefastas.
En Trans-TI creemos haber encontrado, luego de hacer muchas pruebas, algunos modelos de negocio que cumplen con ciertos pilares básicos que nos propusimos tener: curva de aprendizaje baja y alto valor agregado, o sea, algo que se pueda aprender relativamente rápido y que se pueda cobrar bien. Y de esa búsqueda surgió el armado de robots de procesamiento automático con RPA (con nuestros socios y amigos de IBM) y testing de software. Ambos servicios cumplen con estos pilares y son la puerta de entrada a una industria que paga muy bien y demanda recursos infinitamente, la industria de la TI (Tecnología de Información).
Si querés saber más de lo que Trans TI, desarrollan podés seguirles en sus redes.
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