*Por Arturo Mercado Gurrola

Desde Nodos acompañamos a las empresas y organizaciones en su camino para implementar acciones que promuevan la igualdad, equidad, inclusión y respeto hacia todas las diversidades, pero en especial hacia aquellas que históricamente han sufrido más opresión, violencia y exclusión. 

En el mes del Orgullo acompañamos a más de 15 empresas, alcanzando aproximadamente 2400 personas de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Centroamérica, Colombia, México, Paraguay, República Dominicana y Uruguay.

Junio nos ha dejado diversas reflexiones a parte del equipo que hacemos Nodos, entre ellas, encontrarnos con discursos en contra, o que buscan hackear las charlas que damos, por ejemplo “por qué tantas letras, esto en lugar de acercarnos a entenderles nos confunden”, o “para mí lo que importa es el nombre de la persona, no lo que haga en su vida íntima y privada” y, así, muchas, muchas frases más.

Reconocemos la incomodidad que estos temas generan, y que muchas veces estas frases son mecanismos de defensa a partir de esa resistencia interna que surge. Sin embargo, como Eduardo Otero, Director Asociado de Nodos, reflexionó: 

Cuando hablamos de diversidad sexual, por lo general, encontramos (simplificando) tres tipos de personas: quienes están a favor, en el medio y en contra. Surgen emociones, comentarios y sesgos que se presentan como posiciones contrapuestas en competencia, como si se tratara de una especie de lucha donde el objetivo es la eliminación o el triunfo sobre esa otredad que percibimos como “radical”. Para lograr la transformación sociocultural debemos entender el respeto de la diferencia como un objetivo común. Poder ver nuestros puntos de vista y sus puntos de partida, no como un campo de luchas, sino como un espacio de pedagogía y aprendizaje. Sólo desde el respeto de las diferentes posiciones podemos establecer un diálogo que sea realmente transformador hacia la igualdad para todas las personas.

La acción de la pedagogía, como posibilidad y motor de cambio, es una de nuestras firmes convicciones en el día a día de todo lo que hacemos. Hace muchos años, en un Congreso Regional sobre VIH/sida escuche la siguiente frase: “porque las personas con VIH, además de vivir el estigma y la discriminación, también tenemos el trabajo, y casi obligación de tener que educar a quienes nos rodean, porque no lo hacen por si mismos”. 

En Nodos, más de la mitad de quienes somos parte pertenecemos a alguna de las siglas LGBTIQNB+, y sabemos que, la mayoría de las veces, las personas no van a ir a buscar información sobre diversidad sexual para aprender y desaprender, ya que la mayoría de la gente cree que no tiene nada que ver con su vida cotidiana. 

Es por ello que lo potente del trabajo de las empresas es que acerca unos pasos esta información y acción pedagógica. Anush Grati, Especialiste de Nodos se pregunta:

¿Hasta cuándo? ¿hasta cuándo una existencia deberá explicarse? ¿hacerse válida ante los ojos de una audiencia atravesada por tantas historias de vida distintas pero que comparten (compartimos) y se van (vamos) amoldando a una imposición rígida como la hetero-cis norma? Mi pregunta también convive con instancias de ternura y sorpresa entre diálogos con las empresas que se acercan a una intención de comprensión verdadera, de “por qué no, todas las personas somos iguales». Cuando me tomo el tiempo de deshacerme del enojo, me permito ver a la otra persona para que en conjunto descuajeringuemos los históricos discursos de odio, de relaciones demonizantes y justificaciones patologizantes con todas y cada una de las vivencias dentro de la (y en creciente despliegue) sigla LGBTTTIQAP+.

En esta línea, Federico Caire, asistente del equipo, hace una reflexión sobre cómo se imponen las miradas de otras personas:

“Resulta notable que un porcentaje de personas heterosexuales y cisgénero todavía creen que tienen la capacidad de cuestionar la identidad de otras personas, sintiendo amenazados sus propios derechos o valores. La comunidad LGBTQ+ ha existido siempre y sigue existiendo. No deberíamos tener que luchar por nuestra validez y existencia ya que nuestros derechos son derechos humanos fundamentales que reclamamos”.

Desde Nodos creemos, y cada vez estamos más convencides, que este es el camino: el trabajo del día a día de las miles de personas en empresas que van, como hormiguitas, moviendo la temática hacia adelante, y también de aquellas que desde diversas consultoras, organizaciones sociales y a nivel personal van abriendo diálogos sobre estos temas.

Vanessa Leal, PMO de Nodos, suma la brecha que falta por trabajar -que es enorme- pero que podremos cubrir si no bajamos los brazos todas, todos y todes quienes estamos en este campo todos los días: 

Desde mis reflexiones, me embarga una sensación de observación minuciosa ante la receptividad y las iniciativas que emanan de las grandes empresas. Puedo percibir en ellas un enorme compromiso por dar a conocer nuevos temas y fomentar una integración inclusiva en su comunidad. Particularmente, me enfoco en el tema de las personas aliadas, como fuerza que debe seguir acompañando estas acciones. Sin embargo, en medio de este panorama positivo, también se desprende de mis pensamientos una conciencia real y palpable de que aún queda un amplio camino por recorrer. Por ejemplo, me resulta inquietante advertir cómo los países de Centroamérica, con su inigualable riqueza cultural y su invaluable potencial, aún se encuentran resistentes en el desarrollo y la promoción de los derechos de las personas LGBTIQ+. 

Ha sido un mes intenso de trabajo, donde cada acción y persona que conocimos nos dejó algo, como lo dicen las Caro del equipo. Caro Martin, por ejemplo, reflexiona: “Aprendí mucho en cada una de las iniciativas, me hicieron pensar en que no hay que tener miedo a mostrar tus verdaderos colores, seguramente se sumen más a futuro ampliando las formas de amar”, y Caro Atencio suma estas líneas: “El mes del orgullo me dejó la satisfacción de poder trabajar poniendo en valor mis convicciones. Y sobre todo, el privilegio de seguir aprendiendo en cada proyecto”.

Federico suma:

Es grande la satisfacción que siento al presenciar la positiva recepción que las personas muestran al abordar temas relacionados con la diversidad sexual. Es alentador observar cómo cada vez más personas heterosexuales y cisgénero se convierten en aliados de esta causa. Las empresas también están respondiendo con mayor prontitud ante situaciones de acoso laboral, implementando las medidas adecuadas y brindando el apoyo y seguimiento necesario.”

Vanesa Marcel, administradora de Nodos, siempre en el back acompañando nuestro día a día e involucrada con nuestra misión, da cuenta de por qué hacemos lo que hacemos con tanta pasión:

«El Mes del Orgullo nos invita a reflexionar sobre el respeto y la igualdad de todas las personas cuyas orientaciones sociales e identidades de género que siguen siendo reprimidas, marginadas y discriminadas. Trabajamos porque en un futuro cercano se logre erradicar todos los tipos de violencia que sufren las personas que pertenecen a este colectivo en el mundo, siendo una mejor sociedad y construyendo un lugar mejor para nosotras, nosotres y nosotros, y para las infancias en el presente y el futuro.»

A mí, como Director y Fundador de esta hermosa locura llamada Nodos, lo que me deja este mes del Orgullo es la conciencia de que todavía falta mucho, que los discursos de odio se están sofisticando y ampliando, pero que con este gran equipo, con el conocimiento que tenemos, las convicciones en el lugar correcto del corazón y junto a esas millones de personas afuera que sienten lo mismo, podremos achicar ese abismo de miedo, odio e ignorancia.

Saludos y un abrazo.

*Director Ejecutivo, Nodos Consultora

 

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