Por Arturo Mercado Gurrola*

¿Debemos acompañar su proceso de aprendizaje y reconocer sus disculpas? ¿Cuáles son los límites? ¿Cómo tendemos puentes con quienes tienen el poder de generar un cambio cultural y la realidad de millones de personas con las acciones de #DEI?

Hace unos días, el presidente de la República Mexicana, Andrés Manuel López Obrador, realizó una misgenderización (1) a la diputada Salma Luévano al llamarla “señor vestido de mujer”. A lo largo de su mandato ha tenido algunos comentarios que denotaban un profundo desconocimiento sobre temas de diversidad sexual, además de sesgos machistas y LGBTIQ-fóbicos. Un día después de este hecho, el mandatario pidió disculpas a la diputada Salma, diciendo: “la gente debe asumirse como se identifique”.

Esta situación de micro agresión por parte de una persona con mucho poder político y simbólico, me ha hecho reflexionar sobre varias situaciones que acompañé en el año pasado.

En los últimos meses del 2023 desde Nodos Consultora acompañamos varios equipos de dirección que se encontraban con dificultades para poder incorporar la agenda de  #diversidad, #equidad e #inclusión en sus empresas. En el proceso les formamos y acompañamos para saber  cómo insertarse y ser parte activa en la implementación y gestión de ésta como máximos líderes y responsables de una cultura del respeto y la no violencia, además de ser aliadas/os en la inclusión de diversos colectivos que históricamente han sido expelidos del ámbito laboral, en general, y del empresarial, en particular.

Lo que encontré, acompañando a personas de diversos países, de distintas industrias y con diversas personalidades, ideologías, sesgos y culturas, fue a seres humanos con muchas preguntas y angustias frente al error pero, sobre todo, miedos y enojo al sentir que no tenían comprensión sobre estos temas, y también por no ser comprendidos/as en su desconocimiento o en las dificultades que tienen para incorporar ciertos conceptos, desarmar prejuicios y ajustarlos a sus creencias centrales.

La estrategia que usé para aproximarse a ellas y ellos fue reconocer que ya hay muchas grietas abiertas (que por desgracia cada vez se profundizan más) y que, por ende, además de educar, sensibilizar y formar mi rol era tender puentes y plantear límites.

Puentes:

  • Reconocer lo que les pasa, saber que el momento de época que vivimos ha sido muy veloz y no les dio tiempo para entender e interiorizar toda la información.
  • Acompañarles a darse cuenta de que hay estructuras sociales y culturales que se vuelven ideas sobre su identidad que no son fáciles de modificar, pero sí susceptibles de serlo.
  • Colaborar para reconocer sus prejuicios, cuándo y cómo se activan y reaprender desde un rol de empatía, pero también desde su responsabilidad.
  • Identificar sus límites pero sin que sean un impedimento para un buen proceder y accionar en favor del respeto.

Límites:

  • Generar conciencia de que cómo máximos referentes de empresas no podían usar el micrófono y decir cualquier cosa.
  • Reconocer la responsabilidad de la cultura organizacional que les es dada junto con el cargo y rol, donde sus creencias personales pueden crear riesgos y perjuicios.
  • Ver su poder simbólico para cambiar realidades para diversos colectivos y construir espacios donde las personas puedan ser quienes son sin miedo.
  • Levantar la mano y poner alto a las microagresiones como formato de comunicación entre las personas y los equipos ya que, como sabemos, el acoso psicológico daña.

Además, algo que aprendí de mi socio Eduardo Otero Torres frente a la frase “soy de otra época” es que es fundamental hacerles saber que ésta también es su época, que así como aprendieron a usar un celular como una computadora o que el divorcio no debe ser tabú, así todos estos temas son parte de su realidad actual, del día a día de sus organizaciones y que pueden, pero sobre todo, deben aprender.

El presidente de México ha tenido fallos en diversos temas de la agenda de género y diversidad sexual y casi nunca ha pedido disculpas. Aplaudamos que ahora sí lo hizo y con el mismo micrófono de alcance nacional e internacional. Pero lo más importante es que esperamos que las disculpas estén acompañadas por un proceso pedagógico que le permita interiorizar el por qué decir las palabras correctas, y sobre todo, llamar correctamente la identidad de las personas provoca un cambio cultural impresionante hacia toda la gente que gobierna y que los prejuicios siempre pueden ser modificados y cambiados.

*Director Ejecutivo, Nodos Consultora

(1) Es una palabra tomada del inglés (anglicismo) cuya traducción significa “equivocarse de género”.

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